Capitulo 40……… Mas Adelante.

“No se exactamente cuanto tiempo ha pasado desde que recibí la ultima carta de mi familia, pueden ser 2 semanas o 2 meses, perdí la cuenta pues al parecer ya no les importo, no lo suficiente como para que me sigan enviando cartas, yo envié algunas mas jamás contestaron, me duele, pues lo amo, por eso me aleje, ahora ya no sufrirán por mi culpa, y yo aquí estoy bien, mis amigas Cintia y Abril me ayudan a seguir adelante, me dicen que vuelva a casa para las fiestas de navidad, mas yo no quiero, ya son 2 años que no voy, que no quise ir, me quedo aquí con solo mi soledad de compañía que no es tan mala”

Decía una de las tantas paginas que había estado leyendo Katherine, aun aunque sabia que estaba muy mal invadir la privacidad de su pequeña siguió leyendo aquel enorme cuaderno, adelanto demasiado y se detuvo en una pagina mas.

“Hoy no podía creer lo que miraba en ese televisor, eran mis hermanos en ella, cantaban, tocaban y bailaban, eran famosos, tienen un enorme talento de eso no tenia duda, pero cuando fueron esos tenores, fue increíble, mi vista se fue directo a aquellos dos chicos… creo que se llamaban Piero y Gianluca, si creo que si, tenían unos ojos enormes y hermosos, me hicieron suspirar…”

“Hay algo que no me pone tal feliz como desearía, hoy nos dieron la noticia que el internado cerraría, que lo demolerían y que nosotros nos regresaríamos a nuestras casas, yo… yo no se si quiera regresar, ellos se habían olvidado de mi, probablemente ya ni se acordaban de que existía, eso me dolía, pero no los culpaba, yo solo era un estorbo, era mejor así, pero si no, ¿Cómo seria vivir nuevamente en Gary? Yo no podría vivir en ese lugar otra vez, allí me traume de verdad y no podía ni verlo, no quiero volver allí, no puedo volver allí.”

Katherine sentía el dolor de su hija al escribir aquellas palabras y podía saborear el rencor al hablar de aquel lugar que para mal la había dejado marcada, se limpio las lágrimas y siguió leyendo, ahora, en otra pagina.

“No puedo creer lo que es estar otra vez con mi hermosa familia, tenia miedo de que no me quisieran, pero no, el cariño seguía allí y su amor igual, todos estaban muy cambiados, todos habíamos crecido. Hace unos días fue mi cumpleaños, le había organizado una fiesta a Michael pero al esta yo también, fue para ambos, allí fue donde lo conocí… si aquel chico que vi en la televisión que me quito el aire, si a Gianluca, era mas guapo en persona que en la televisión, me sonrió y junto a los otros chicos, Ignazio y Piero, me cantaron mi canción favorita ¨Hasta El Final¨, todavía puedo sentir como me cantaban esa canción y solo a mi… también en esa fiesta conocí a la mejor amiga de Michael, si a la tal Tatiana, nunca había conocido a una chica tan… hipócrita, bueno hasta ese momento, me odio al verme, solo espero que no se cumpla lo que predijo en aquellas palabras, Michael no podía ser novio de una persona como ella…”

Katherine podía ver algo diferente en aquellas líneas, no eran solo palabras, eran algo mas que no lograba descifrar, en esas líneas estaba un mensaje oculto, algo que hasta ella misma tal vez se estaba negando a averiguar.

Joseph: Katherine ¿Qué haces? (Pregunto desde la puerta)

Katherine (Se sobre salto) Nada, solo ponía las cosas en sus lugar de mis niños (Cerro el cuaderno poniendo algo en la hoja que se había quedado) Vamos a cenar.

Ambos salieron del cuarto de la pequeña Elizabeth, mas Katherine sabia que regresaría a seguir con aquella lectura que estaba inconclusa, tenia que saber mas de su hija, de eso estaba segura.

{Con los chicos}

El concierto había concluido y los chicos estaban agotados, nosotros nos acercamos a ellos y sonreímos.

Elizabeth: Estuvo increíble (Abrace a Ignazio) Como siempre lo hicieron excelente.

Ignazio: Gracias bella, bueno vámonos al hotel, ya es hora de descansar.

Nos subimos a la camioneta y comenzamos el camino hasta el hotel, lo chicos iban que se dormían así que Ignazio venia recargado en mi, Michael había controlado sus celos, pues él e Ignazio habían hablado sobre eso, al parecer quedaron en buenos términos en cuanto a eso.

Al llegar al hotel todos bajamos y nos fuimos directo a nuestras habitaciones, ayudamos a los chicos a llegar a las de ellos y Michael y yo no fuimos directo a la de nosotros.

Michael: Ha sido un día muy cansado ¿Verdad?

Elizabeth: Así es… solo quiero descansar.

En es momento Michael se puso detrás de mi y con sus manos tomo fuertemente mi cintura mientras que me hacia sentir su respiración sobre mi cuello.

Elizabeth: Michael…

Michael: No digas nada (Comenzó a besar mi cuello) Solo por hoy, quiero estar contigo hasta que no pueda mas.

Me volteo para que lo mirada y en sus ojos color marrón se miraba una muy hermosa llama, era la pasión que seguramente también se reflejaba en mis ojos, me tomo de las caderas subiéndome sobre él, se acercó y dejo que pudiera besar sus labios, hoy… había algo diferente al besar aquellos labios, sentía una opresión que me decía que pronto no podría besarlos, que después aquellos labios no me pertenecerían nunca mas, que yo jamás podría besarlos como ahora lo hago, podía sentir que él también lo sentía o lo presentía así que ambos nos dejamos llevar.

En un momento sentí la fría y dura pared sobre mi espalda, Michael estaba de frente a mi y ahora había bajado sus labios a mi cuello, haciendo temblar, yo intentaba no dejar salir de mi cuerpo un grito pero Michael hacia todo lo posible porque si saliera.

Después de unos cuantos pasos caímos sobre la cama, ambos teníamos la respiración demasiado agitada la igual que nuestros corazones, esto que hacíamos no era solo apagar las hormonas, no ambos nos proporcionábamos amor y cariño con cada beso con cada caricia, pues sentíamos lo mismo.

Sus manos fueron recorriendo mi espalda en busca del zipper que abría mi vestido, mientras yo recorría con mis dedos los botones de su camisa roja. Al encontrar el dichoso zipper comenzó a bajarlo lentamente mientras besaba mis brazos, mi cuello y seguía bajado su hermoso rio de besos, allí solo existíamos nosotros.

Susurrándome te amos mientras me hacia otra vez suya, mientras de verdad me demostraba su amor era increíble, no podía pensar pues me tenia con la cabeza en las nubes. Nuestros cuerpos se acoplaron juntos y en un mismo ritmo terminamos mientras nos mirábamos a los ojos y sonreíamos cansados, agotados pero muy felices y preparados para lo que el destino pudiera tenernos mas adelante.