Joseph:
¿Qué paso Elizabeth?
Elizabeth:
Nada… solo me sorprendí… (Lo mire y me arme de valor) No pienso ir, no los
pienso acompañar.
Joseph:
¿Qué? (Dijo enojado) Tu tienes que ir, no te pienso dejar aquí sola.
Elizabeth:
Pues yo no pienso volver ahí.
Joseph:
No está a discusión iras quieras o no.
Elizabeth:
Pues ni obligándome iré (Lo rete) Yo no volveré a poner un pie sobre ese lugar…
Joseph:
Aquí se hace lo que yo digo (Golpeo la mesa y se levanto)
Elizabeth:
Pues déjame decirte que no lo voy a hacer (Me levante también) ¡Jamás volveré
ahí! ¡Ni tu ni nadie podrá obligarme! Ese lugar solo me trae dolor y
sufrimiento, el cual no quiero volver a sentir y si de verdad me quieres no me
expondrás a que me dé una crisis nerviosa en ese ¡Horrendo lugar!
Al
parecer yo era la única que se había puesto al nivel de mi padre, pues todos
estaban totalmente sorprendidos inclusive él, pero era cierto no volvería
aunque eso costara mi vida.
Solo
lo mire y salí de ahí, volví a recordar cada uno de esos desplantes, cada uno
de esos insultos que resonaban en mi cabeza, simplemente no podía volver a caer
en depresión, respire hondo y evite soltar lagrimas, caminaba hasta mi
habitación cuando alguien me tomo de la mano, voltee y era mi padre, me miraba
y yo solo desvié la mirada, me abrazo y me sentí completamente protegida, pues
era el calor de un padre.
Joseph:
Esta bien (Beso mi cabeza) Cancelare esto.
Elizabeth:
No tienen porque (Lo mire) Yo me quedare aquí, ustedes tienen que ir.
Joseph:
Pero…
Elizabeth:
Si bien recuerdo, de mi no han hablado nunca, lo que significa que no tengo que
estar siempre con ustedes (Sonreí)
Joseph:
Hablaremos mañana, ¿Si?
Elizabeth:
Claro…
Le
di un beso en la mejilla y camine hacia mi habitación, entrando ahí solo me cambie
y me puse ropa mas cómoda, mi ropa de dormir, me senté en la cama y comencé a
mirar por mi ventana, ahora era de noche y se miraba la luna muy hermosa, salí
al balcón a admirarla.
Elizabeth:
¿Por qué me pasa esto? (Dije recargándome en la barda del balcón) ¿Por qué esto
que siento por Michael no lo puedo calmar? ¿Por qué no despierto de esta
horrible pesadilla? (Me senté en el suelo de ahí) Quisiera despertar en mi
habitación del instituto y no recordar nada.
Unas
pocas lagrimas comenzaron a salir, pues aparte de que no quería volver a Gary,
me venían recuerdos de Michael con Tatiana, de ella besándolo, de el
correspondiéndole y sonriéndole muy feliz.
Elizabeth:
¿Qué tonta? ¿Cómo vas a estar enamorada de tu propio hermano? Eso son, son
hermanos, H-E-R-M-A-N-O-S, y anda mas (Me repetí infinitas veces) Pero si lo
correcto es dejarlo, si lo correcto es olvidar lo que siento por él ¿Por qué me
duele? (Dije llorando) ¿Por qué duele el corazón al verlo con Tatiana? (Me
levante y mire el cielo) ¿Por qué?
Busque
la respuesta en el, busque la respuesta en las estrellas ye n la luna, mas
nunca llego, me quede ahí por 30 minutos, pero después decidí salir de mi
habitación, caminar por el pasillo y salir al patio, caminar en el, que el
pasto toque mis pies, eso hacía solo caminaba pisando el fresco pasto, llegue a
un espacio totalmente despejado y me recosté sobre el mirando hacia el cielo.
Respiraba profundamente llenándome del frio aire de la noche, intentado disipar
mis pensamientos.
Elizabeth:
¿Qué debo hacer? (Cerré los ojos) Solo dame una señal, Dios mío, es lo único
que te pido, una señal.
******:
La señal es que me escuches (Dijeron cerca de mí abrí los ojos y mire que Michael
estaba sobre de mí)
Elizabeth:
Michael.
Michael:
(Me puso un dedo sobre los labios) No digas nada, por favor, solo déjame volver
a probar tus labios Elizabeth, te necesito.
Yo
solo lo miraba sorprendida y sin que me dejara decir nada unió sus labios con
los míos, haciendo que ambos nos olvidáramos de todo, yo de Tatiana y el de
Ignazio, se acercaba más a mí y me besaba dulcemente haciendo que volara,
haciendo que tocara las nubes con los dedos.
Lentamente
se separo de mi dejándome sin aliento, se levanto y se fue dejándome ahí,
acostada en el pasto, yo me senté y mire para donde él se dirigía, casi al
llegar a la puerta se detuvo y se volteo, me miro y solo siguió caminado,
dejándome más confundida que antes.
Me
quede unos minutos más ahí sentada sin hacer nada, solo recordando el rose de
sus labios, el sabor tan delicioso que tiene, me levante y comencé a caminar
hacia dentro de la casa, subí a mi habitación y me recosté sobre la cama, ¿Por
qué me hacia esto? ¿Acaso no sabe que me lastima más?
Me
tape hasta la cabeza y me dije a mi misma que no volvería a llorar, eso se lo prometía
a mi corazón. Poco a poco fui quedándome dormida, pensando en sus labios y en
lo que hacían cuando estaban sobre los míos, pero mi mente se despejo dejándome
descansar.
A
la mañana siguiente me levante y como siempre hacia mi rutina diaria, baje y no
me encontré con mis padres, solo estaban mis hermanos y los de servicio se
habían ido de vacaciones por una semana, ya que mis hermanos se iban mañana a
Gary y se quedarían ahí una semana.
Me
senté en el comedor y comencé a desayunar con mis hermanos, solo el que faltaba
era Michael, espere un rato a que llegara pero no lo hacía, mire a mis
hermanos.
Elizabeth:
¿Y Michael?
Marlon:
Salió desde muy temprano… quien sabe a dónde habrá ido.
Elizabeth:
Me imagino que con Tatiana (Dije restándole importancia)
Terminamos
de desayunar y cada quien tuvo que lavar lo que ensucio, pues no había nadie
que lo hiciera, cuando terminamos todos se fueron a arreglar sus maletas, pues
mañana muy temprano saldrían, yo me fui a mi habitación y comencé a escribir en
mi pequeño diario, que de verdad serbia para desahogar todo lo que sentía.
Las
horas pasaron y ni cuenta me di, pues estaba inmersa en mi diario, lo cerré y
guarde como siempre al lado de mi cama, en la parte de debajo de mi mesita de
noche, baje y pude encontrar a Michael quien jugaba con Janet, quien solo reía.
Janet:
Liz (La mire) Ven a jugar con nosotros.
Elizabeth:
Claro.
Me
senté al lado de los dos y comenzamos a jugar, el tiempo se lo pasaba volando y
en ese rato sentía como en veces Michael me lanzaba miradas que de verdad que
ponían muy nerviosa, solo intentaba quitarme los nervios.
Casi
anochecía cuando mis padres llegaron, todos mis hermanos se agruparon y mis
padres se acercaron con nosotros, no saludaron y se sentaron enfrente de
nosotros.
Joseph:
Bueno no hay vuelta atrás iremos (Me miro) Pero no se qué hacer contigo.
Elizabeth:
Podría quedarme sola (Me miro sorprendida) ¿Cómo crees que le hacía en el
instituto? Ahí solo tenía techo y estudio, yo tenía que lavar y cuidarme sola.
Michael:
Joseph si quieres yo puedo quedarme con ella.
Joseph:
Pero te necesitamos haya.
Michael:
Pueden decir que me enferme o algo así y con eso (Me miro) Aparte no quiero
dejar sola a Liz.
Mi
padre lo medito unos instantes y luego de pensarlo miro a mi madre y ella solo
asintió, nos miro y dio un suspiro demasiado pesado.
Joseph:
Muy bien, te quedaras con tu hermana y la cuidaras ¿Está bien?
Michael:
Claro no dejaría que le pasara nada.
Joseph:
Muy bien, todos a dormir, mañana hay que salir temprano.
Todos
nos fuimos a nuestras habitaciones, yo me encerré en la mía y me recosté sobre
la cama, pero luego de unos minutos se escucho como entraron, me levante y por
la poca luz no podía distinguir muy bien quién era, pero por la forma de
brillar de sus ojos pude ver que era Michael.
Elizabeth:
¿Qué haces aquí?
Michael:
Solo quiero decirte que desde mañana tu y yo nos quedaremos (Se acerco a mi
oído y susurro) Completamente solos, ahora si tendré la oportunidad de poder
hacer contigo lo que se me plazca.
(¯`•._★+++++++++++++++++++++★_.•´¯)
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